A veces la ansiedad llega sin avisar. Otras, lleva tiempo, en silencio, creciendo poco a poco hasta que un día notas que tu cuerpo va por un lado y tu mente por otro. La cabeza no se calla, el pecho se cierra, el sueño se desordena… y lo cotidiano empieza a costar más de lo que debería.
Si estás pasando por algo así, no significa que estés roto ni que “no puedas con tu vida”. Significa que algo dentro de ti está pidiendo espacio, calma, y una forma diferente de sostener lo que sientes.
La terapia online frente a la ansiedad puede ayudarte a darle forma a todo eso. A entenderlo. A colocarlo. Y, con tiempo, a recuperar la tranquilidad que ahora parece tan lejana.
Puedes hacerlo desde casa. Sin prisas. Sin explicaciones hacia fuera. Solo tú, tu proceso y un acompañamiento cuidadoso.
Rocío es psicóloga sanitaria. Lo que más suele escuchar de sus pacientes es: “Aquí puedo decir las cosas como son”.
Su forma de acompañar no empuja ni juzga. No vas a encontrar prisa, ni análisis fríos, ni listas interminables de ejercicios.
El trabajo es otro: entender qué te está pasando por dentro y enseñarte a sostenerlo sin luchar contra ti.
Ha acompañado a personas que viven con ansiedad desde hace años, a quienes han tenido crisis recientes, y a otras que no sabían ponerle nombre a lo que sentían hasta ahora.
Cada proceso es diferente. Cada ritmo, también. La terapia se adapta a ti —no al revés—.
Opiniones sobre nuestras terapias para tratar la ansiedad
Preguntas frecuentes
La ansiedad puede mostrarse de muchas formas: pensamientos que no se detienen, sensaciones físicas como presión en el pecho, respiración acelerada, insomnio o la sensación constante de estar en alerta. También puede aparecer como cansancio, irritabilidad o miedo a que pase algo malo sin motivo claro.
Si esto interfiere en tu día a día, es probable que necesites acompañamiento. No hace falta un diagnóstico previo para empezar a trabajar en ello.
Sí. La eficacia no depende del lugar desde donde hables, sino de la conexión con la terapeuta y de cómo te sientes en las sesiones. Muchas personas encuentran más fácil abrirse desde su propio espacio. Además, ayuda a mantener continuidad, que es clave en la ansiedad.
Las primeras sesiones sirven para entender cómo vives la ansiedad: cuándo aparece, qué la dispara y cómo se siente en tu cuerpo y en tu mente. No es necesario “explicarlo todo” ni hacerlo perfecto. Vamos poco a poco, con respeto a tu ritmo.
No hay un tiempo exacto. Algunas personas empiezan a notar alivio en pocas semanas, otras necesitan un proceso más pausado. Lo importante es la constancia y la honestidad con lo que vas sintiendo. Es un camino gradual, pero real.
Se suele trabajar en tres niveles: la mente (pensamientos y creencias que sostienen el miedo), las emociones (aprender a sentir sin bloquearse) y el cuerpo (respiración, tensión, ritmo interno). También exploramos cómo te hablas a ti mismo y qué hábitos sostienen la ansiedad sin darte cuenta.
Puedes pedir una primera sesión para hablar, sin compromiso. Así puedes sentir si la terapia y el acompañamiento encajan contigo. A partir de ahí, pactamos una frecuencia que se ajuste a tu ritmo y a tu vida.
