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TERAPIA DE PAREJA
Terapia de Pareja
Comenzar un proceso psicológico es de valientes, pero es una decisión muy difícil. Normalmente conlleva cambios en nuestra vida, y las personas por naturaleza nos resistimos a los cambios. Además, la cosa se complica aún más cuando es una pareja la que tiene que tomar la decisión de acudir a un psicólogo.
En el momento que una pareja se plantea cuándo iniciar un proceso de terapia de pareja, se rompen los esquemas de sus integrantes. Tomar una decisión así asusta sobre todo porque normalmente se tiene la idea de haber intentado ya todo.
¿Cuándo comenzar con terapia de pareja?
Iniciar un proceso de terapia de pareja es una decisión muy difícil, de hecho, antes de llegar aquí las parejas afirman haber intentado todo para salvar la relación. De aquí, la angustia y desesperación que observamos los psicólogos cuando una pareja viene a vernos a la consulta.
El nivel de sufrimiento en una pareja que está pasando por una crisis es inmenso, y en la mayoría de las ocasiones también afecta a terceros. Lo más habitual es que afecte a los hijos de la pareja, pero es probable que las familias de ambos miembros y algunos amigos pasen un mal trago al ver cómo se resquebraja esa unión. Esta influencia, a pesar de que puede parecer un apoyo, en ocasiones lleva a más tensión y puede precipitar la toma de decisiones difíciles.
Teniendo en cuenta las presiones que tienen los miembros de una pareja en situaciones muy conflictivas creo que es nuestra labor, la de los psicólogos, intervenir. Ya no solo para mediar en la pareja, sino para concienciar de la utilidad que tiene iniciar un proceso de terapia de pareja.
Nuestra firme misión es la de ayudar a tomar distancia de las problemáticas en las que se ve envuelta una pareja y ofrecer un espacio seguro desde el que abordar el sufrimiento que sus conflictos les suponen.
Problemas de pareja
Los psicólogos que ayudamos a nuestros pacientes a resolver las desavenencias con sus parejas solemos hacer una amplía investigación en la literatura sobre el tema. Además, la sociedad evoluciona y empezamos a ver otros modelos de familias y relaciones, como las relaciones abiertas por ejemplo. Así que es nuestra labor documentarnos para arrojar luz y dar perspectivas a esas personas que vienen a ciegas y perdidas, y con una experiencia de sufrimiento fuerte a sus espaldas.
La literatura sobre los problemas en el seno de la pareja es muy útil y nos ayuda a comprender mejor las problemáticas. Estas suelen ser: las dificultades del día a día y el manejo que se haga de las mismas, los patrones de comunicación que seguimos como luciérnagas a la luz, una pobre vida sexual, conflictos personales o en los que intervienen terceras personas, como la familia política; etc. Los psicólogos recomendamos iniciar un proceso de terapia de pareja cuando nos encontramos ante situaciones como las siguientes:
Cuáles son los problemas principales en la pareja
Celos
El estilo de apego de cada persona es crucial en este tipo de problemática. La inseguridad y el miedo al abandono son los principales factores que propician la aparición de esta emoción en el seno de la relación. Es una problemática bastante habitual, no hemos de olvidar que los celos producen ansiedad, que no deja de ser miedo a perder aquello que tanto queremos. Es clave hacer una buena gestión emocional.
Vida en pareja
En ocasiones la relación se hace cuesta arriba y no es de extrañar cuando tenemos a dos personas con sus luces y sus sombras, su forma de ver y comprender el mundo, etc. Es inevitable que aparezcan conflictos así que es importante aprender a resolverlos mediante la negociación. También es importante identificar las áreas de conflicto propias que tiene cada pareja y hacer un buen manejo de dichas situaciones.
Problemas de comunicación
Esto es, dificultad a la hora de expresar ideas, opiniones, necesidades, desacuerdos, etc. Cuando hay un estilo de comunicación pasivo-agresivo y uso de la culpabilidad, las dinámicas de comunicación de la pareja se vuelven un tormento para ambas miembros.
Dificultades en las relaciones sexuales
sobre todo cuando aparecen incompatibilidades en ese área. Es esencial mantener una comunicación abierta y desarrollar empatía en la pareja.
Falta de proyectos de vida en común
Cada persona tiene su propia escala de valores, aquello que le importa y la motiva para seguir construyendo la vida que quiere. Es habitual que muchas parejas no compartan los mismos valores, y cuanto más distancia haya en este sentido, mayor será el nivel de conflicto.
Mentiras e infidelidad
La mentira es el principal enemigo de la confianza y sin ésta no puede existir una relación. Esto lleva a muchas rupturas pues supone un gran daño para la confianza y no son muchas las parejas que consiguen perdonar y pasar página, algo que es fundamental para reanudar y volver a construir la relación.
Interferencias de terceras personas
La influencia que pueden tener las familias de origen, los hijos, amigos o compañeros de trabajo entre otros. La pareja es un sistema que conecta con los sistemas de las personas con las que se relacionan, y establecer límites con los mismos es crucial para afecten en lo mínimo posible la dinámica de la pareja.
Hastío en la relación
El paso del tiempo, la monotonía a la que nos conduce la rutina, los dificultades del día, entre otras circunstancias, pueden desencadenar una crisis. La pareja, o uno de sus miembros siente que no avanza en el vínculo, y en algunas ocasiones lleva a mucho sufrimiento. En estos casos es crucial trabajar en que la relación funcione, pues la mayoría de las veces llegamos aquí porque la hemos dejado de lado.
Separación o Divorcio
Cuando una pareja decide poner fin a la relación iniciar un proceso de terapia de pareja puede ser una buena idea. Un proceso terapéutico es un acompañamiento para ambos miembros y ayuda a manejar la situación para paliar los efectos que la ruptura tendrá para ambos miembros de la pareja y las personas vinculadas a la misma.
Barreras a la hora de comenzar con la terapia de pareja
Somos conscientes de que hay muchas ideas preconcebidas con respecto a iniciar un proceso de terapia, más aún en el seno de la pareja, sin embargo es fundamental reconocer que es importante recurrir a otros cuando solos no podemos.
Concretamente cuando hablamos de terapia de pareja el recelo con respecto a esta modalidad existe. A las parejas les preocupa que su relación no se reconstruya, pero más aún las garantías que la terapia pueda ofrecerles en los momentos difíciles de la misma.
Por otro lado, las personas evitamos las situaciones que nos generan malestar, y no podemos olvidar que revivir ciertas situaciones conflictivas puede resultar muy doloroso. Así pues, iniciar un proceso de terapia de pareja puede generar cierta tensión en un primer momento para ambos miembros de la pareja al tener que profundizar en aspectos dolorosos de la relación.
El trabajo con las parejas reside en aceptar sus dificultades, sea para continuar o para poner fin a la relación, y eso se consigue llevando a cabo un proceso de terapia de pareja. Es natural que una pareja que decide iniciar un proceso de terapia de pareja tenga dudas de si servirá de algo y de si lograrán el bienestar. Sin embargo, mi experiencia como psicóloga especialista en terapia de pareja me dice que ponerse en manos de profesionales puede ser la mejor de las decisiones.
El amor en la pareja
Decía Stephen King que: “El amor es lo que mueve el mundo. Es la única cosa que permite a hombres y mujeres seguir en pie en un mundo donde la gravedad siempre parece estar queriendo derribarlos, llevarlos hacia abajo, hacerles arrastrarse.“ Así pues, el amor es una emoción que nos mueve y nos impulsa. También se ha sobrevalorado en cuanto a amor romántico nos referimos.
Así que iniciar un proceso de terapia de pareja puede ayudarnos a conocer esa dinámica disfuncional en la que caemos muchas parejas y empezar a construir una relación sana basada en formas más coherentes de vivir el amor de pareja.
No podemos olvidar que el amor es una emoción que nos ayuda a vincularnos con los demás, nos aporta felicidad y nos conduce a ayudar. Gracias a esta emoción nos motivamos a crear relaciones en las que priman el respeto, la pasión y el compromiso. Y el amor aunque a veces es una experiencia compleja, es una elección segura para construir relaciones y vivir en comunidad y en pareja.
Entonces ¿cuándo iniciar un proceso de terapia de pareja?
La mayoría de psicólogos coincidimos en que las parejas que deciden iniciar un proceso de terapia de pareja son aquellas que acumulan mucho malestar y niveles altos de conflicto. Sin embargo, también las hay que acuden a consulta para aprender a construir relaciones sanas.
La sociedad está evolucionando y en cuanto al amor se refiere empezamos a tener otras referencias más allá del amor romántico. La psicología empieza a tener más cabida en la vida de todas las personas y la prevención es fundamental para evitar problemas graves de salud mental. Así que cada vez son más las personas que acuden al psicólogo para dar forma a pequeños conflictos cotidianos y que simple y llanamente quieren mejorar sus niveles de bienestar.
Por tanto, no puedo deciros cuándo iniciar un proceso de terapia de pareja, solo que los psicólogos podemos ser una pieza fundamental en ese rompecabezas que a veces se convierten las relaciones.
Cada pareja conoce sus tiempos y sus conflictos, y sus necesidades, y si no es así, es su responsabilidad trabajar en su autoconocimiento. Lejos de la idea de que el amor todo lo puede, o que la unión de dos personas lo es todo, no podemos olvidar que las relaciones empiezan por conocerse el uno al otro y comprometerse con trabajar día a día en que la relación funcione.
Si sientes que has tocado fondo en tu relación, si sientes que dejas de ser tu cuando te vinculas con tu pareja, si cada intento de solución de conflictos acaba siendo parte del problema, también si crees que necesitas aprender a construir una relación sana, no dudes en ponerte en nuestras manos #iralpsicólogoesdevalientes .
